martes, 28 de febrero de 2012

“Urdenor tiene una buena vecindad” ,



Roberto Bonafont, conocido como “El poeta del fútbol” por la pasión que imprime a su comentario y narración futbolística, vive hace 10 años en Urdenor.

Es uno de los periodistas deportivos más queridos del país. Su barrio de la infancia es el de Las 5 esquinas, en el centro tradicional de Guayaquil, pero hace 10 años que Roberto Bonafont vive en Urdenor. Lo entrevistamos en GamaTV donde se disponía a “amanecerse” en su trabajo, relatando un encuentro deportivo internacional. Amable y de buen humor compartió con TibUrdenor sus ideas sobre el barrio en que vivimos:

¿Cuáles dirías que son los rasgos característicos de Urdenor, como sector de la ciudad?
Yo pienso que son las personas las que hacen bueno o malo un barrio, y en Urdenor hay una buena vecindad. A mi no me gusta esconder nada, pero yo nunca he tenido problemas: nada de gente borracha en la calle, ni orinando en los portales, por ejemplo. Tengo muy buenos vecinos, como Don Jairo, gente humilde y trabajadora como nosotros, y esa es una de las virtudes que puede tener un barrio.

¿Qué mejoras consideras que necesita el sector?
No soy de la manera de pensar que todo hay que esperarlo del Gobierno o del alcalde. Debe estar en las personas la responsabilidad de mejorar su barrio. En Sudamérica somos mucho de pedirle al Estado todas las mejoras pero en otras partes del mundo son los propios vecinos los que embellecen su entorno. Quienes que botan la basura a deshoras, por ejemplo, son sancionados por la mismos habitantes del barrio. Pero en este sentido los vecinos de Urdenor son muy decentes, maduros y respetuosos del otro, y sacan la basura en los horarios que corresponde.


Un saludo a los vecinos…
Que yo los quiero mucho a todos. Como en todas partes hay gente más entregada a sus afectos, más cariñosas que otras, y hay quienes son más reservados y como que se esconden un poco, pero eso no quiere decir que sean malas personas.

***

“Esta fue mi primera casa propia, la hice de a poquito, yo mismo. Son 330 metros de construcción. Fui comprando el hierro, el cemento, el mármol en piedra cruda… hace dos años estaba todavía construyendo”, cuenta Bonafont. Aunque enseguida confiesa que ha decidido ponerla a la venta, justo ahora que luce tal como la había proyectado. “Le tengo cariño a mi casa, pero igual la voy a vender, no hay que quedarse mucho tiempo en un sitio”, dice el poeta del fútbol.